RAQUEL LIBERMAN, DE ESCLAVA SEXUAL A HEROÍNA

Por Fernando Lizama Murphy

La santa ley de Jesucristo gobierna nuestra civilización; pero no la penetra todavía. Se dice que la esclavitud ha desaparecido de la civilización europea, y es un error. Existe todavía; sólo que no pesa ya sino sobre la mujer, y se llama prostitución.

Víctor Hugo

A Argentina, entre 1860 y 1940, arribaron más de seis y medio millones de migrantes europeos. Provenían de Italia, España, Francia y muchos de otros países del oeste de Europa, con una corriente importante que viajaba desde Polonia, la mayoría de los cuales eran judíos que escapaban de los pogromos creados en Rusia y posteriormente perseguidos por los nazis. En casi todos los casos los empujaba la pobreza. 

Una vez en Argentina y como era natural que ocurriera, las diversas colonias se reunieron entre compatriotas lo que permitió que nacieran organizaciones cuyo objetivo era, inicialmente, el ayudarse entre ellos. Por eso casi todas tomaron el nombre genérico de sociedades de socorros mutuos, y dentro de estos socorros, además de ayuda para la educación de los hijos, la salud, ayudas mortuorias, actividades sociales y otros, estaba el apoyo para que iniciaran negocios que les permitieran vivir como lo soñaran al momento de abordar las naves que los trasladarían a su nueva patria.

Muchos de los migrantes prosperaron y se convirtieron en distinguidos miembros de la comunidad. Lo que no todo el mundo sabía (o si lo sabían, simulaban ignorarlo) era que, paralelamente a sus negocios oficiales, algunos migrantes desarrollaban una actividad muy lucrativa, ilícita y socialmente repudiable: la trata de blancas.

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ANABALÓN, MESA BELL Y RENCORET. TRES PROTAGONISTAS PARA DOS CRÍMENES

 

Por Fernando Lizama Murphy

El asesinato es la forma extrema de la censura.

George Bernard Shaw

Portada revista Wikén dedicada a Luis Mesa Bell.

Manuel Anabalón Aedo, profesor chillanejo de 22 años que ejercía su profesión en Antofagasta, fue detenido en la nortina ciudad mientras participaba en un mitin político. No era primera vez que el fogoso maestro tenía problemas por su forma de pensar. Militante del Frente Único Revolucionario, precursor del Partido Socialista, según algunos historiadores, movimiento muy ligado a la masonería, el joven no perdía oportunidad de manifestar su disconformidad con las autoridades del país.

Estamos en 1932 y Chile está pagando la gran cuenta que le ha dejado la quiebra de Wall Street, la que se ha visto agravada, además, por la crisis del salitre, hasta pocos años antes el principal ingreso de la nación. La miseria campea, el trabajo escasea y muchos especuladores se aprovechan de la situación para lucrar. Los funcionarios públicos, mal pagados, son presas fáciles de coimas y muchas autoridades de los diversos poderes del Estado hacen la vista gorda mientras reciben algún donativo, tan necesario en esos momentos críticos.  

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LA INCREIBLE HISTORIA DE DON MIGUEL GONZÁLEZ BARRIGA DE LA CUEVA

Por Fernando Lizama Murphy

Vestimentas de penquistas durante el periodo virreinal español.

Por recomendación de un amigo, descargué (con autorización, por cierto) de la Biblioteca de la Universidad de Harvard un libro, escrito por don Ambrosio Valdés y publicado en Chile por la imprenta “Victoria” en 1890, cuyo título llama la atención: Ojos de cuenta, pelo de oro”.

Don Ambrosio Valdés Carrera (1843-¿…?), acérrimo balmacedista radicado en Quillota, nieto de don José Miguel Carrera, fue un destacado historiador, pero sobre todo un genealogista que hurgó en las raíces de muchas familias llegadas a Chile durante el período colonial.

Al inicio del libro mencionado, que no fue el único que publicó, cuenta una historia que no pudo ser ratificada en otros textos por este cronista, pero que por lo curiosa, merece ser narrada.

En el libro de Valdés aparecen algunas inconsistencias cronológicas que omitiremos y de igual forma resucitaremos los hechos y a los protagonistas.

Don Alonso González Barriga, andaluz, inició su carrera militar en España a las órdenes del duque de Medina-Sidonia. Luego pasó a México junto al almirante Pedro Portel Casanate, quien lo envió a Filipinas a mando de la escuadra para, desde ahí, pasar a Chile, específicamente a la ciudad de Concepción. Estamos frente a un soldado fogueado en mil batallas al que le correspondió venir a luchar contra los araucanos, donde se reencontró con Portel Casanate, que fue nombrado Gobernador entre 1656 y 1662, año en el que muere de hidropesía, en Concepción.

Antes de fallecer, el gobernador nombra como su albacea a don Alonso González Barriga, hecho que aparece mencionado en el libro “Historia de Concepción 1550-1970”, del historiador Fernando Campos Harriet.

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LAS PERLAS DE LA CORONA

“¡Oh! Y que bien decía un mercader portugués a quien le vendían unas muy ricas perlas, no las quiero comprar, ni emplear en eso mi caudal, no sea que mañana amanezcan los hombres con juicio, y todo se me pierda.”

Francisco Ximénez, (1666-1722) fraile dominico español.
Autor de “La Historia natural del reino de Guatemala”

“Isla de las Perlas”
Durante su tercer viaje, Cristóbal Colón descubrió la isla de Cubagua, a la que bautizó “Isla de las Perlas” por la abundancia de perlas (1498).

Para nadie es un misterio que, para las potencias europeas, el gran motor de la conquista de América fue la ambición, tanto de riquezas como de territorios. En el caso de España, vino además disfrazada de deseos de extender la fe y salvar a los impíos del fuego eterno.

El oro, la plata, las piedras preciosas llenaban los sueños de los codiciosos conquistadores, que ávidos, no trepidaban incluso en llegar a matarse entre ellos por lograr una tajada mayor de la generosa torta que encontraron al otro lado del océano. Y si eran capaces de asesinarse, es fácil suponer el nulo respeto que sentían por la vida de los nativos.

Pero además del oro, la plata y las piedras preciosas, la llave que abrió la puerta a la codicia fueron las perlas.

La ostra, un molusco bivalvo muy apetecido en la gastronomía fina, es también el “fabricante” de perlas. La forma natural de la producción de esta gema es a partir de un cuerpo extraño que se introduce al interior de la ostra y ésta, como un medio de defensa, comienza a cubrirla lentamente con capas de una secreción de conchiolina con carbonato de calcio, mezcla conocida como nácar, estructurando la perla. Las hay de distintos tamaños, formas y colores, pasando por diversas tonalidades entre el blanco y el negro. En cuanto a las formas, las más cotizadas son las redondas y las lágrimas o peras. El proceso de construcción de una perla puede durar diez años o más y al parecer el tamaño depende del tiempo que permanece dentro del bivalvo.

Según investigaciones de Elizet Payne Iglesias, de la Escuela de Historia de la Universidad de Costa Rica, que hizo un exhaustivo estudio sobre el tema, existen varias especies de ostras perlíferas o perleras, siendo las más importantes en América la Pinctata imbricata, propia del Caribe colombo-venezolano y la Pinctata margaritifera mazatlánica, que se encuentra en el Pacífico, entre el golfo de California y el Ecuador. Seguir leyendo «LAS PERLAS DE LA CORONA»

PERÓN Y LA FALLIDA INVASIÓN A CHILE

He contribuido con mis escritos aconsejando con tesón al gobierno chileno a dar aquel paso (tomar posesión del Estrecho) porque Magallanes pertenece a Chile y, quizás, toda la Patagonia. No se me ocurre, después de mis demostraciones, como se atreve el gobierno de Buenos Aires a sostener ni mentar siquiera sus derechos. Ni sombra, ni pretexto de controversia queda.

Domingo Faustino Sarmiento en el diario “El Progreso” del 28 de noviembre de 1842.

Perón y Farrell
Perón y Farrell en Buenos Aires.

Juan Domingo Perón regresó desde Italia con claras ideas expansionistas. Al ser observador directo de lo que estaba aconteciendo en la Europa de la preguerra, resucitó en él la idea que surgiera en el siglo XIX en su país, respaldada por personalidades como Domingo Faustino Sarmiento, quien después se desdijo de lo que se publica en el encabezamiento de esta crónica, al escribir, en 1874 a Bartolomé Mitre:

«…te aconsejo que sacudas el alma del pueblo argentino y lo hagas mirar hacia Chile, en especial hacia su extremo sur. Allí, exactamente, está la llave maestra que nos abrirá las puertas para presentarnos ante el concierto internacional como una nación destinada a regir y no a ser regida».

Fue en esa época, perteneciendo ya a la élite política de su país, cuando sostenía que solo los países bioceánicos podían destacarse en el ámbito internacional.

Siguiendo los postulados de Sarmiento, Perón vio como indispensable la salida de su país al Pacífico para lograr el desarrollo. Además consideraba al resurgimiento alemán como un ejemplo a seguir y se convenció que Argentina estaba predestinada a ser la cabeza de una potencia sudamericana. Si se miraba el mundo desde sus ojos, Europa, después de la Segunda Guerra Mundial, sería gobernada por Alemania, y nadie discutiría la hegemonía de Estados Unidos en América del Norte, pero en América del Sur no se veía ningún país con la capacidad de tomar las banderas de la unidad, salvo Argentina o Brasil, y por supuesto a él le agradaba la idea de que fuese su nación la que encabezara este proceso en el continente. Seguir leyendo «PERÓN Y LA FALLIDA INVASIÓN A CHILE»

PERÓN, ESPÍA EN CHILE

El único que se escapó de la acción de la justicia fue el principal autor de la trama, el Mayor Perón; pero el recuerdo de su conducta, totalmente reñida con la convivencia internacional, no se ha borrado nunca de la memoria de los miembros del Ejército de Chile”.

Lo que supo un auditor de guerra

Leonidas Bravo
Editorial Pacífico, 1955
Citado por Urbatorivm

Juan Domingo Perón junto al Presidente de Chile Arturo Alessandri Palma y su gabinete
Al centro arriba, Juan Domingo Perón junto al Presidente de Chile Arturo Alessandri Palma y su gabinete.

A partir de 1930 la situación de los países latinoamericanos se complicó, al igual que para el resto del mundo, a raíz de la quiebra de Wall Street. Las economías poco industrializadas, dependientes de productos sin elaboración, pasaron la cuenta a los gobiernos que debieron enfrentar severas crisis sociales.

Según estudios, la economía chilena fue la que más se resintió. Si en 1928 creció casi un 15%, en 1932 se contrajo un -11%. Para Argentina las cosas no iban mucho mejor, tanto que José Luis Torres, un periodista e historiador tucumano, bautizó el período entre 1930 y 1943, como la “década infame”. En ambos países la situación política pasó grandes zozobras, con alta cesantía y baja de los salarios, con el consiguiente aumento de la pobreza y el incremento de los movimientos populares que, como contrapartida, despertaban reacciones hostiles de los empresarios, muchas veces apoyados por las fuerzas armadas.

Es cosa sabida que cuando lo gobiernos enfrentan severas crisis internas, escarban en los viejos conflictos con los vecinos para buscar elementos que permitan distraer a la opinión pública. En el caso de Chile y Argentina, éste ha sido un método recurrente durante gran parte de la vida independiente de ambos países, cuyos gobiernos han encontrado en los vacíos fronterizos, heredados de la época de la colonización española, pretextos para justificar amenazas, movimientos de tropas y ofensivas diplomáticas.

En los años 30 del siglo pasado existían varios de estos conflictos latentes entre las dos naciones, pero el grado de dificultades que enfrentaban dentro de sus territorios era tan grande que es probable que ambas autoridades comprendieran que crear una situación de mayor enemistad con el vecino no iba a calmar las aguas internas. Sin embargo, las desconfianzas se mantenían vigentes.

En medio de todos estos problemas emergió en Argentina una figura militar que marcaría para siempre la historia de ese país: Juan Domingo Perón. Seguir leyendo «PERÓN, ESPÍA EN CHILE»

LA COVADONGA, NAVE RELEGADA POR LA HISTORIA

Se acercaba la hora del medio día i aquella lucha obstinada e indecisa parecía prolongarse indefinidamente. Moore, que era la fuerza, sentía en su alma la sombría cólera del que, siendo omnipotente, se ve burlado por el débil. Comprendía, en medio de su taciturno despecho, que hasta ese momento el triunfo correspondía a la Covadonga, i que había llegado el instante de lanzar sobre el pequeño insolente todos los rayos de su poder. El espolón de la Independencia, más poderoso que el del Huáscar, iba a dar fin a la tragedia.

Vicente Grez Yavar (1847-1909)
Escritor, periodista y Diputado

Covadonga
Perfil de la «Virjen de la Covadonga».

Esta pequeña nave sirvió durante dieciséis años, con fidelidad, a la Armada de Chile. Dieciséis años de gloriosa trayectoria que, opacada por la gesta gigante de Prat y la Esmeralda, la relegó a un segundo plano, del que pretendemos rescatarla.

La Vírjen de la Covadonga, nombre que recibió al ser bautizada, fue construida en el Arsenal de Carrara, España y lanzada al agua el 28 de noviembre de 1859. Se construyeron ocho iguales en los astilleros españoles, donde la definieron como “goleta a hélice”, porque se desplazaba a vela y a máquina, con calderas que le permitían desarrollar una potencia de 160 CV, para alcanzar una velocidad máxima de 7 nudos (13 km/h).

Su casco de madera tenía una eslora de 48,5 mts., desplazaba 630 toneladas y poseía un calado de 3,35 mts.

La primera destinación que le fue asignada por la armada española fue la de nave correo en Manila, para trasladar correspondencia entre las diversas islas del archipiélago filipino, llegando hasta Hong Kong.

Los informes de los viajes de Humbolt por América, despertaron en Europa hambre por conocer las maravillas que el polímata berlinés describía en sus informes. En España, que no terminaba de resignarse a la pérdida de sus colonias del Nuevo Mundo, conocer tantas cosas que el continente dominado por más de trescientos años ocultaba y que ellos no fueron capaces de ver, fue un golpe duro.  Para tratar de revertir esa situación organizaron la llamada Comisión Científica del Pacífico, una ambigua expedición en la que se embarcaron tres zoólogos, un geólogo, un botánico, un antropólogo y un fotógrafo. Seguir leyendo «LA COVADONGA, NAVE RELEGADA POR LA HISTORIA»

Crónicas chilenas de cielo, mar y tierra

Crónicas chilenas de cielo, mar y tierraCrónicas chilenas de cielo, mar y tierra. Por Fernando Lizama Murphy. LEGATUM EDITORES, Santiago de Chile, Julio de 2018.

Fernando Lizama Murphy, autor de entretenidas novelas como “Código Morse” y la “Ruta del Exilio”, nos presenta veintitrés crónicas de eventos prácticamente desconocidos y/o olvidados por nuestra historia; eventos que, tal como su nombre lo indica, sucedieron en el cielo, en el mar y en la tierra, todos ellos sustentados en una abundante y seria bibliografía que respalda cada uno de los textos, convirtiendo las historias en algo comprobable y no en mera especulación.

Así nos adentramos en “Las cuatro muertes de Salvador Allende”, que nos permite profundizar en las distintas versiones de este dramático hecho político. “Rayen Quitral, la vida de una voz prodigiosa”, la historia de una mujer de origen mapuche que logra fama y reconocimiento mundial en el canto lírico. “La proeza de la Tinto”, las aventuras del buque escuela alemán que zarpa desde Bremen en mayo de 1914 y que el estallido de la Primera Guerra Mundial sorprende en aguas chilenas. Un apartado especial merece la crónica de “Canas al aire”, la historia de dos mujeres, abuelas ya, que deciden emprender la aventura de unir, a bordo de un pequeño avión, Santiago de Chile con Ginebra, Suiza, en un increíble viaje de ida y vuelta. A las anteriores se suman otras crónicas que nos cuentan la historia del submarino “Flach”, del Lonco Kilapan, de “Botitas Negras”, una prostituta transformada en santa popular en Calama, etc.

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MARÍA REICHE, LA DAMA DE LA ESCOBA

María Reiche y las Líneas de NazcaLas líneas de Nazca constituyen uno de los misterios más grandes que nos ha legado la historia de América.  Y se trata de un misterio que, lejos de aclararse, se hace más difuso tanto el paso del tiempo, como por la ingente cantidad de expertos que visitan el lugar. Cada arqueólogo, antropólogo, geólogo o ufólogo, por nombrar a algunos, que concurre al sitio, emite una nueva teoría o modifica las anteriores, dejando espacio a dudas que van acrecentando las incógnitas. Todos estos profesionales, muy respetables por cierto, ven o creen ver una realidad distinta.

El primero que habló sobre estas líneas, que a ojos de no doctos parecían no tener orden ni concierto, fue el español Pedro Cieza de León en 1547, que vio señales de algunos extraños trazos en el desierto alrededor de Nazca. Veinte años después de este hallazgo, el corregidor Luis Monzón las definió como “carreteras”. A partir de entonces cayeron en el olvido hasta que a comienzos del siglo XX fueron sobrevoladas por pilotos peruanos y de otras naciones, que comunicaron el hallazgo de extraños trazos sobre el desierto, algunos con formas de animales fácilmente reconocibles. Seguir leyendo «MARÍA REICHE, LA DAMA DE LA ESCOBA»

PEDRO CANGA, SEÑOR DE LOS CIELOS PERUANOS

¿Por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar?
Helen Keller [Discurso en Philadelphia (8-07-1896)].

Pedro Canga
Pedro Canga junto a un Ca.310 Libeccio.

La loca geografía peruana, que se pasea por entre cordilleras, selvas, desiertos y valles, todo acunado por el inmenso Océano Pacífico, resultaba muy difícil de cubrir antes del invento que revolucionó el transporte humano: el avión. Desplazarse por tierra en el Perú era una odisea y los traslados que hoy representan unas cuantas horas antes significaban días, semanas o meses, y enfrentando grandes peligros. Con el advenimiento de la aviación todo ese problema comenzó a quedar, en parte, atrás. El desplazamiento de personas se hizo más expedito, aunque el traslado de carga debió esperar un tiempo más a que este nuevo medio de transporte evolucionara.

Pero para poder aventurarse en estos nuevos aparatos se requerían avezados pilotos que supieran leer el paisaje aéreo, hasta entonces solo cruzado por las aves. Por la precariedad de las aeronaves existentes en la época, esos pilotos pioneros arriesgaban sus vidas en cada viaje. Se necesitaba mucho coraje para ejercer ese oficio. La lista de estos osados hombres del aire es larga: hoy nos detendremos en uno de ellos que entregó, literalmente, su vida a la aviación peruana, el Comandante Pedro Canga Rodríguez. Seguir leyendo «PEDRO CANGA, SEÑOR DE LOS CIELOS PERUANOS»