Crónica de Fernando Lizama-Murphy
Ricardo Eleazar Neftalí Reyes Basoalto, nacido el 12 de julio de 1904 en Parral y que el 28 de diciembre de 1946 pasó a llamarse legalmente Pablo Neruda, murió en la habitación N° 402 de la Clínica Santa María de Santiago de Chile, a las 22.30 horas del 23 de septiembre de 1973, once días después del golpe de estado que derrocó al presidente Salvador Allende y que puso en el poder a una junta militar encabezada por el general Augusto Pinochet.
Al día siguiente su cuerpo fue velado en su casa, que él llamaba La Chascona, sita en el barrio Bellavista de la capital chilena, recibiendo muestras de pesar de familiares, amigos y correligionarios políticos, la mayoría de los cuales desafiaron el toque de queda y la vigilancia policial para despedirlo.
Fue sepultado el día 25 de septiembre de 1973, teniendo como fondo un coro espontáneo que interpretó la Internacional y emitió gritos y consignas a favor de él, de Salvador Allende y en contra del régimen que se había instaurado en el país. Sus restos descansaron en un mausoleo que le prestó su amiga, la escritora Adriana Dittborn, en el Cementerio General de la capital. El cuerpo fue enterrado sin autopsia previa, la que los médicos tratantes consideraron innecesaria, teniendo en cuenta la preexistencia de un cáncer de próstata agravado en los últimos días y que fue consignado como la causa de su muerte.
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