SUPE

Necesité amedrentar a Victoria, amenazarla de muerte para que me lo contara todo y se resistió hasta cuando el puñal comenzaba a penetrar en sus carnes. Cuando finalmente accedió, me obligó a jurar que no se lo contaría jamás a nadie. Menos a ti.

Así supe que aquella a la que siempre consideraste tu madre, no era tal.

Supe que naciste en un burdel de mala muerte en la calle 10 Oriente, en Talca; que tu auténtica madre era una puta a la que en un allanamiento en busca de drogas, la policía encontró postrada en un camastro inmundo, llena de pústulas y laceraciones y a ti, una guagua, llorando de hambre y frío en una caja de cartón. Supe que a esa pobre mujer la trasladaron al hospital, donde se le perdió el rastro y que a ti, una de las policías que participaba en la operación te llevo con ella, pensando en regresarte con tu madre cuando recuperara la salud. Seguir leyendo «SUPE»

VIAJE A “EL PANTANO”

¡Y yo en esta facha! Te recriminas cuando lo ves subir portando un maletín de cuero. Ese hombre no pertenece al mundo de los pasajeros de ese microbús rural. Estás acostumbrada a cargar sacos de papas, ovejas, balones de gas, pero no a ver un espécimen como éste. Atractivo, elegante, cuarentón. ¿A qué irá a “El Pantano”? No existen industrias ni oficinas públicas y en la faena forestal sólo trabajan obreros. Si es un turista pudiente debería viajar en una camioneta cuatro por cuatro, no en ese destartalado microbús.

Al mirarlo sientes renacer la coquetería sepultada por tu trabajo. Te sabes atractiva, aunque algo abrutada, como lo señaló un pretendiente que osó meter sus manos donde no debía. Cohibida por tu aspecto, te ausentas por unos minutos, para regresar con algo de maquillaje y peinada. Seguir leyendo «VIAJE A “EL PANTANO”»

AL RITMO DE LAS OLAS

a mano en el mar¡Tanto que te lo dijimos, Carlita! Unirse a un hombre con esa diferencia de edad, no podía llevar a nada bueno. Y menos, tratándose de un artista con tres matrimonios a cuestas. ¡Si recién cumplías dieciocho cuando él ya peinaba los sesenta!

Todo comenzó cuando visitaste a tu prima Jackie en Nueva York y ella, por su profesión tan metida en el ambiente artístico, te llevó al concierto y te lo presentó tras bambalinas. Quedaste extasiada con sólo verlo, pese a su pelo teñido, a su exceso de maquillaje para esconder las arrugas. Y él, seguramente, se encandiló con tu porte, tu tipo tan exótico, que muchos yanquis pensaron que Chile estaba cerca de las Filipinas. Seguir leyendo «AL RITMO DE LAS OLAS»

SOPITA DE POLLO

Valparaíso ascensor Artillería─Con estos gringos nunca se sabe. Podría ser el papá, el abuelo o hasta el marido ─piensa Donato apoyado contra el rincón del ascensor Artillería, mientras desciende hacia el Plan de Valparaíso.

Frente a la ventana que mira al puerto se apiñan los turistas, que en sus cámaras eternizan mar, barcos, remolcadores y el dique flotante.

La muchacha rubia, delgaducha, casi albina, mantiene la mirada en Donato y en su musculatura de gimnasio, al mismo tiempo que lucha por desprenderse del gringo viejo que insiste en que observe el paisaje. Seguir leyendo «SOPITA DE POLLO»

DE CÓMO LOS REYES INCAS SE CONVIRTIERON EN HIJOS DEL SOL

A_Manco CapacCrónica de Fernando Lizama-Murphy

Extracto del libro Los orígenes de los Inkas, crónica sobre el Antiguo Perú escrita en el año 1590 por el mercedario Fray Martín de Morúa.

Capítulo III: Del gran Manco Cápac, progenitor y padre de los Reyes Ingas

Este valeroso Inga Mango Cápac fue obedecido por tal inga y señor en toda esta ciudad del Cusco cierto tiempo, aunque no conquistó tierras ningunas, mas de sustentarse en ella. También cuentan algunos de estos Indios antiguos, que de la gran laguna Titicaca, que está en la provincia del Collao, vinieron hasta el sobredicho asiento o cueva de Pacaritambo unos indios e indias, todos hermanos, llamados Cusco Huana y Huana Cauri, muy gentiles hombres y valerosos y en gran manera belicosos, que traían las orejas horadadas, y en los agujeros puestos pedazos de oro, uno de los cuales fue este gran Mango Cápac, el cual dicen que hizo estirar dos planchas muy delgadas de plata, y poniéndola una en los pechos y otra en las espaldas, y diadema, que ellos llaman canipo en la cabeza, envió a esta ciudad a un cierto indio, avisando que era hijo del Sol, y que para que ellos le viesen se mostraría en un cerro alto, donde salió y fue visto en la cumbre de él pasearse con las planchas de plata, que relumbraban con los rayos del Sol, lo cual viendo los indios le tuvieron por hijo del Sol y por cosa divina, y así le ofrecieron muchas riquezas, y todo lo que quiso…; Seguir leyendo «DE CÓMO LOS REYES INCAS SE CONVIRTIERON EN HIJOS DEL SOL»