ENTREVISTAS Y NOTICIAS

ENTREVISTA HECHA POR EL GRUPO DE FACEBOOK «ESCRITORES-LIBROS-LECTORES»

Screenshot_2C.M.: Bienvenido y muchas gracias por la oportunidad que me das a mí y al grupo de escritores libros lectores.

F.L.: Gracias a ti y a tus seguidores por esta inmejorable ocasión de darme a conocer entre personas amantes de la literatura.

C.M.: ¿Querías ser escritor cuando eras niño?

F.L.M.: No lo creo. Mi pasión, inculcada por mi padre, fue siempre por la lectura. Desde las novelas de Emilio Salgari, Julio Verne, hasta las de Tarzán. Quizás adolescente, cuando descubrí el boom latinoamericano, a Cortázar, a Vargas Llosa, a García Márquez, a Carpentier, sentí en algún momento el deseo de emularlos, pero no lo hice.

C.M.: ¿Estás casado, tienes hijos?

F.L.M.: Estoy casado, hace poco se cumplieron 50 años de mi boda con Marcela Hernández Domínguez, enfermera, madre de mis cuatro hijos y abuela de nuestros once nietos.

C.M.: ¿Hay cosas de las que nunca hablas? ¿por qué?

F.L.M.: Aunque tengo mis ideas muy claras, evito hablar de política o de religión con personas demasiado apasionadas. Quedo anímicamente muy mal después de una discusión que casi siempre carece de sentido, porque no existe ninguna posibilidad de mutuo convencimiento.

C.M.: ¿Qué piensa tu familia sobre el oficio de la escritura?

F.L.M.: Me aplaude, me alaba, aunque a veces siento que lo miran más como un pasatiempo que como una profesión. Algo así como « dejen al viejo que escriba, así molesta menos».

C.M.: Supongo que tu familia vive en chile ¿puedes contarnos sobre tu vida familiar con tu madre y tu padre, tu abuelos ¿cómo fue su infancia?

F.L.M.: Mis padres fallecieron y por supuesto mis abuelos también. A estas alturas estamos solos con mi señora aunque tenemos de vecinos a dos de nuestros cuatro hijos. Disfrutamos mucho de la vida en familia. Vivimos en una ciudad relativamente pequeña, a 260 kms. al sur de Santiago, capital de nuestro país. La ciudad se llama Talca y es la más importante de la Región del Maule, una zona agrícola por excelencia. Muchas viñas, frutales, chacarería, algo de ganadería. Con atractivos naturales muy hermosos desde el punto de vista turístico. En Parral, ciudad ubicada en nuestra región, nació Pablo Neruda.

Solo tengo un hermano, Patricio, casado, dos hijas, que también reside en Talca.

De mi infancia solo guardo buenos recuerdos. Vida de barrio, amigos, partidos de fútbol en la calle o en el colegio. Gran parte de mi trayectoria escolar la hice en el Colegio Hispano Americano, regido por escolapios españoles.

C.M.: ¿Has nacido en Chile pero eres hijo de inmigrantes españoles? ¿Puedes contarnos esta historia y cuál fue el año de la primera y posterior inmigración?

F.L.M.: Nací en Santiago de Chile en 1949. Por el lado de Tomás, mi padre, el mayor de tres hermanos, soy descendiente de un abuelo nacido y criado en el campo chileno y una abuela inmigrante catalana, Carmen Terradas Virgili, nacida en Barcelona en 1906 y que llegó por primera vez a Chile siendo muy pequeña, en 1910. Su padre, mi bisbuelo, Isidro Terradas Grau, murió cuando solo llevaba un año en nuestro país y mi bisabuela, Jacoba Virgili Solá, se casó en segundas nupcias con Ramón Vilarrubias Grau, primo de su primer marido. Con él no tuvo descendencia.

Regresaron a España para arreglar asuntos familiares y allá los sorprendió la Primera Guerra Mundial, después de la cual volvieron a Chile para quedarse para siempre.

Por el lado de Emma, mi madre, la menor de cuatro hermanos, mi bisabuelo Guillermo Murphy Eaton arribó desde Irlanda a nuestro país hacia 1850. Junto a otros ingleses formó una empresa metalmecánica que fue una de las más importantes del país, la Maestranza Lever & Murphy, que funcionó en Viña del Mar, con diversos nombres, hasta 1930 aproximadamente.

Mi abuela materna, doña Emma Muñoz Arancibia, que vivía en Valparaíso, puerto en el que pasé una parte importante e inolvidable de mi infancia, fue una mujer muy importante para mí. Era hija de un inmigrante español que en Chile se dedicó al negocio de la madera.

C.M.: ¿Quién es en realidad fernando lizama murphy ?

F.L.M.: F.L.M.:  es un hombre sencillo, al que le costó encontrar un camino en la vida profesional, que se enamoró, se casó y fue padre muy joven, a los 23 años, asumiendo la responsabilidad de hacerse cargo de su familia a la que consagró toda su vida, hasta que tuvo tiempo para entregarse a eso que descubrió ya mayor y a lo que se ha dedicado con pasión en los últimos años: la escritura.

C.M.: ¿Por qué tus padres te pusieron este nombre? Fernando ,

F.L.M.: También tiene un origen catalán. Los grandes amigos de la familia de mi padre eran otros inmigrantes catalanes, los Perramont (que aparecen en la novela). Don Fernando Perramont y la señora Aurora Peris tuvieron dos hijos : Fernando y Aurora. Fernando fue un hombre muy inteligente y mi madre me quiso bautizar con su nombre por si se me traspasaba esa inteligencia. Creo que no le resultó la cábala.

C.M.: ¿Qué carrera estudio?

F.L.M.: Estudié tres años de Filosofía en la Universidad de Chile. Egresé de la secundaria en 1966 y los años siguientes en Chile fueron muy convulsionados. Casi nunca se impartían clases, las huelgas o paros eran diarios. No se podía estudiar. Abandoné la carrera. Entonces estudié Publicidad en un instituto particular. Obtuve un título que nunca usé. La vida me llevó al camino de las ventas y en eso me gané la vida mientras estuve activo.

C.M.: ¿Cómo empezaste a escribir?

F.L.M.: Como dije antes, me gané la vida como vendedor viajero. Con este oficio llegué a vivir a Talca en 1986 y aquí ingresé a estudiar, vespertino, un diplomado en Humanidades en la Universidad de Talca. Me gustó. Debo aclarar que siempre tuve inquietudes culturales. Ahí me enteré que en la Universidad existía un taller de narrativa y me incorporé. Se centraba en el cuento y ahí se inició esta pasión que arrastro hace ya más de dos décadas. Al principio costaba, todavía estaba profesionalmente activo, en razón de mi trabajo debía viajar mucho y generar recursos para mantener una familia de cuatro hijos, pese a que mi señora trabajaba en su profesión. Pero siempre los ingresos se hacen poco. Y de la literatura, lamentablemente son escasos los que pueden vivir.

C.M.: ¿De dónde viene tu afición a la literatura ?

F.L.M.: Creo haber respondido esta pregunta al comienzo. Me la inculcó mi padre que la heredó del tío Ramón, como llamaba a Ramón Vilarrubias, a quién no tuve el gusto de conocer.

C.M.: Además de escribir, ¿tiene otras actividades o pasiones?

F.L.M.: Disfruto mucho el cine. Lamentablemente a Talca llega poco cine arte, sobre todo en estos tiempos de pandemia. Pero me las arreglo para conseguir buenas películas. Me gusta mucho la fotografía, no el retrato sino el paisaje y durante los paseos caigo en un verdadero éxtasis fotográfico. Pocos rincones se me escapan.

C.M.: ¿Planificas las historias al detalle antes de escribirlas o las dejas surgir sobre la marcha?

F.L.M.: Depende. Algunas historias se escriben solas. Por ejemplo « Código Morse », mi primera novela, comenzó como un cuento pero en el camino fue adquiriendo cuerpo y terminó transformada en novela. Las que tienen un trasfondo histórico no. Para esas hay que reunir información de la época, del entorno, documentarse sobre los hechos principales y en medio de todo eso, instalar tus personajes. Es un proceso más complejo, pero me encanta investigar para darle el telón de fondo a la historia.

C.M.: ¿Cuánto duró tu proceso de documentación por esta novela?

F.L.M.: En el caso de « Hasta pronto Cataluña » puedo decir que la documentación comenzó en mi primera infancia cuando mi abuela Carmen me relataba sus historias. Cuando me decidí a escribirla, que creo que fue tarde porque poco antes falleció mi padre, importante fuente de información, debí acudir a diversos lugares. Ahí fue vital el aporte del Centre Catalá de Santiago, donde viajé varias veces para consultar en su biblioteca.

C.M.: ¿Qué periodo histórico te resulta más inspirador? ¿Por qué?

F.L.M.: En general, me gusta mucho la historia de América, pero me apasionan esos personajes y esos hechos poco conocidos, poco divulgados, sobre los que el tiempo va tejiendo un manto de olvido. De esas historias puedes leer más de cien en mi blog F.L.M.:  escritor. Ya se publicó un primer libro titulado « Crónicas chilenas de cielo, mar y tierra » tengo listo un segundo libro, a la espera de encontrar editor. Además en Amazon hay uno titulado « Mujeres notables de América » y tengo otros listos, tambien atados al computador por falta de editor. No me gusta mucho Amazon, pero como decía un amigo mío : « no habiendo de pelo liso, las crespas también son buenas »

C.M.: ¿De dónde salió la idea para tu novela “Hasta pronto, Cataluña”,

F.L.M.: Como lo dije, es una novela que estaba escrita en mi memoria desde la infancia. Para convertirla en libro hube de investigar, estudiar, viajar un par de veces a Barcelona, recurrir a la colonia catalana residente. Fue un trabajo arduo de cuyo resultado quedé bastante satisfecho. Yo creo que ningún escritor queda plenamente satisfecho con su obra. Siempre hay detalles que pudieron ser mejores.

C.M.: ¿Qué te gusta más del proceso de escritura en una obra?

F.L.M.: Actualmente estoy trabajando en una tetralogía en la que se entremezclan la historia con la vida de un personaje ficticio. Adecuar ese personaje a la época en la que le correspondió vivir, es apasionante.

C.M.: ¿Cuál fue tu mejor encuentro literario?

F.L.M.: Para mi ha sido muy emocionante regalar libros en bibliotecas de otros países. Doné uno en la biblioteca Mario Vargas Llosa de Arequipa, Perú y poco faltó para que extendieran una alfombra roja. Me ocurrió algo similar en Barcelona, cuando doné libros en la biblioteca Joan Miró. En mi país no me ha ocurrido lo mismo, Creo que estamos enfermos de « descultura ». Aquí lo vulgar y lo chabacano ocupa lugares privilegiados en la televisión, en la radio y en todo.

C.M.: ¿Cómo elegiste tu editorial?

F.L.M.: Difíci pregunta. Mis dos primeras novelas fueron autopublicadas y tuve que hacer como el dueño del circo, de todo para poder venderlas. En eso conocí al jefe de adquisiciones de una de las principales cadenas de librerías de mi país y le gustaron mis crónicas. Él me recomendó un editor para las « Crónicas chilenas… »

Con un amigo creamos Tiempocero ediciones, para atender a tanto escritor que no encuentra cómo hacerlo y por ese medio edité « Hasta pronto Cataluña ». Pero no anduvo. Los escritores sueñan con encontrar un editor de los grandes, que se haga cargo de todo y solo consiguen darse de cabezazos contra la pared. Mi último libro es cofinanciado con Editorial Trayecto. Por eso « Hasta Pronto… » solo está disponible en Amazon.

C.M.: ¿Podrías definir tu primer encuentro con tu primer editor?

F.L.M.: Fue muy grato. Como te digo, iba bien recomendado e hicimos varias cosas en conjunto, como el lanzamiento en la Universidad de Talca, que fue bastante exitoso y la participación en la Feria del Libro de Santiago y en la de Viña del Mar. Pero los grandes consorcios editoriales se llevan casi toda la torta. A los pequeños les quedan las migajas.

C.M.: ¿Cómo te haces notar hoy en un mundo editorial tan sobresaturado?

F.L.M.: Cuesta mucho y el único recurso que le queda a un autoeditado o que ha logrado ser publicado por una editorial pequeña, son las redes sociales. Y aún así es difícil y oneroso. Un buen comunicador de redes cuesta caro.

C.M.: ¿Tienes algún autor favorito, alguien a quien tengas como referente?

F.L.M.: No sé si referente, pero mi novela favorita es y ha sido desde que la leí por primera vez « El Siglo de las Luces » de Alejo Carpentier. No quiero emularlo, pero encuentro que en esa novela se entrelazan magistralmente la trama con la historia.

C.M.: ¿Un autor en particular que te inspiró o símplemente te hizo querer escribir?

F.L.M.: Ninguno en especial. Surgió de la necesidad de expresarme de una manera distinta. La vida del vendedor viajero es muy solitaria. Largas horas en tu auto desplazándote de una ciudad a otra, muchas noches durmiendo en hoteles, te dan tiempo para pensar, ver cosas, interactuar con personas con intereses distintos a los tuyos. Yo ocupaba mi tiempo y lo que aprendía en crear historias que luego fui volcando en el teclado del computador.

C.M.: ¿Qué consejo darías a nuestros lectores que sueñan con ser escritores?

F.L.M.: Que perseveren, que escriban por lo menos mil palabras diarias, como recomendaba Ray Bradbury y que revisen, corrijan, revisen, corrijan, mil veces, hasta el cansancio. El escritor nunca debe perder de vista el respeto que debe sentir por el lector.

C.M.: ¿Cuál es la mejor experiencia que has tenido hasta el momento con un lector?

F.L.M.:

Escribí una crónica sobre don Victoriano Pig, un inmigrante español que llegó a Chile a mediados del siglo XIX para trabajar en el salitre, pese a que padecía una enfermedad incurable. Un héroe anónimo. Me escribió una descendiente de él, psicóloga, residente en Burdeos, Francia, para agradecerme que hubiese desenterrado la memoria de su antepasado. Durante un tiempo mantuvimos correspondencia. Fue muy gratificante. Me ha pasado lo mismo con familiares o amigos de otros personajes que he sacado del olvido, pero este caso fue muy especial.

C.M.: ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado como escritor?

F.L.M.: Lo que dije. No te canses de revisar y de corregir. Y escribe aunque estés en blanco. En algún momento surgirá una idea.

C.M.: ¿Dónde escribes? ¿en qué momento del día? ¿cuánto tiempo dedicas a escribir?

F.L.M.: Como quedamos solos con mi señora, destiné el dormitorio que ocupaba el último de mis hijos cuando partió en busca de su propio destino, como escritorio. Escribo sentado en un bergere y lo hago durante unas cuatro horas diarias. Dos en la mañana y dos después de almuerzo.

C.M.: Creo que para escribir sobre la historia del pasado hay que estudiar mucho… ¿qué aprendiste como estudiante, en qué universidades?

F.L.M.: Como dije, estudié filosofía en la Universidad de Chile e hice el Diplomado en Humanidades en la U de Talca. He aprendido a consultar en internet y a separar la paja del trigo. No tengo grandes bibliotecas cercanas donde conseguir libros. Tenemos en casa, eso sí, una buena biblioteca. Y los cursos de lógica aristotélica y moderna que me enseñaron en filosofía, me ayudan mucho para deducir. Lo otro que me ayuda es tener muy buena memoria.

C.M.: ¿Cómo definirías tu forma de trabajar y qué criterios sigues a la hora de afrontar un nuevo proyecto?

F.L.M.: Definiría que mi forma de trabajar es bastante rústica. Soy desordenado y si me invitan a tomar un café o a salir de paseo, no dudo en postergar lo que estoy haciendo. A mi edad hay que aprovechar las oportunidades de divertirse y de alternar con otras personas.

Tengo varios proyectos en carpeta y reviso cuál es el que me parece más fácil de afrontar y a ese me dedico. Como te digo, a mi edad el tiempo es más oro que nunca y tengo que focalizarme en aquello que creo, puedo terminar, siempre que Dios me lo permita.

C.M.: ¿Qué es lo que más te ha costado escribir?

F.L.M.: Creo que « Hasta pronto Cataluña », pese a que mucho de lo que ahí se cuenta lo supe de primera fuente. Pero era necesario ratificar esas fuentes y crear el entorno, meterse en la historia de los países, conocer más de su idiosincracia y de la época. La mayor parte de la narración transcurre en otras latitudes, solo al final llegan a Chile y eso obliga a investigar realidades lejanas. Fue dificil.

C.M.: “Hasta pronto, Cataluña”, al ser una novela histórica, ¿cuáles han sido tus fuentes para documentarte?

F.L.M.: Reitero que las narraciones de mi abuela y de mi padre fueron la columna vertebral de la historia. Lo demás, libros y revistas de época consultados en el Centre Catalá e internet. Desde España me traje libros sobre la Guerra de Cuba que me permitieron enriquecer mucho los sucesos relatados en la novela y que ocurrieron en ese país caribeño.

C.M.: ¿Cómo has conseguido obtener tantos detalles sobre los protagonistas de tan maravillosa historia? Me parece que mientras escribías este libro te sentías en los lugares que describías, ¿cómo lo has vivido?

F.L.M.: Por supuesto que te transportas al lugar de los hechos. Es como magia, porque, por lo menos en mi caso, me voy sintiendo presente en esos lugares y épocas remotos que voy describiendo. La máquina del tiempo existe y está en la cabeza de cada uno de nosotros, Solo hay que saber encontrarla.

C.M.: Un video o una canción que te inspire.

F.L.M.: «Mediterráneo» de Serrat.

C.M.: ¿Quiénes son tus compositores o músicos favoritos?

F.L.M.: Me encanta el Bolero de Ravel. Pero amo todas las formas musicales que tienen alma, sobre todo la que tiene poesía. De la música de este lado del mundo, el tango y el bolero son sublimes. Parece que soy enfermo de romántico.

C.M.: Has reconocido que te gusta el cine, ¿cuál es tu película favorita? ¿Y qué actor o actriz?

F.L.M.: Como película, « Cinema Paradiso » y como actor, he seguido la trayectoria de Clint Eastwood desde que era un cowboy en los spaguetti western hasta hoy, convertido en un excelente director. « Los Puentes de Madison » creo que es su obra cumbre. Y como actriz, me gusta la capacidad de adaptación a diversos papeles de Emma Thompson.

C.M.: ¿Eres sensible a la crítica literaria? ¿Qué piensas del tratamiento que te reserva generalmente?

F.L.M.: La mayoría de las críticas me las han hecho en diarios locales a los que he acudido como amigo. Debo reconocer que no han sido muy objetivas. Pero creo que hay que ser tolerante con la crítica adversa. De ella se sacan provechosas lecciones.

C.M.: ¿Qué sientes antes del lanzamiento de una novela? ¿Miedo, alegría? ¿Y después?

F.L.M.: Cuando escribes la última línea y concluyes la enésima revisión, se siente alivio. Cuando el libro llega al mesón de las novedades de la librería, esperanza y orgullo. Cuando transcurren los días y el libro pasa a engrosar las estanterías de esa librería, decepción, ganas de lanzar todo por la borda. Pero al día siguiente estás empeñado en una nueva aventura literaria. Es como un vicio, que sabes que te hace mal, pero no puedes dejar.

C.M.: ¿Un genero literario, una estacion del ano, un color, un olor, evocador, una frase que hayas oido y se te haya quedado grabada en el corazon ?

F.L.M.: Como género, me gusta el cuento. Breve, conciso, con final inesperado. Un placer. El verano es mi estación favorita, sobre todo disfrutando de una playa. El verde es mi color. El olor a café me retrocede a la infancia en casa de mi yaya Carmen.

Una frase que me ha marcado es de Ingmar Bergman : Envejecer es como escalar una gran montaña ; mientras se sube, las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.

C.M.: ¿Cuál es tu palabra favorita?

F.L.M.: Mañana

C.M.: ¿Cuál es la palabra que odias?

F.L.M.: Fracaso

C.M.: ¿Cuál es tu comida favorita?

F.L.M.: El pastel de choclos.

C.M.: ¿Cual es el trabajo que no le hubiera gustado hacer?

F.L.M.: Recolector de basura.

C.M.: Si tuvieras la oportunidad de revivir tu infancia ¿cómo la vivirías?

F.L.M.: Igual como la viví. No le cambiaría ni un día.

C.M.: ¿Qué opina de la epidemia del virus covid 19 que ha afectado a todo el planeta?

F.L.M.: Es un tema complejo de entender por el exceso de información al que hemos tenido acceso. Al principio pensé que era un montaje. Con tanto adelanto en diversas áreas se me hacía difícil pensar que una epidemia pudiese atacar a la humanidad y de forma tan agresiva. Con el tiempo me di cuenta de mi error, aunque sigo creyendo que las autoridades y los medios la han magnificado. Y sigo sin saber si fue de generación espontánea o creada por el hombre.

C.M.: ¿Cuál es su sueño?

F.L.M.: Ganar el Nobel, Jajaja

C.M.: Si tuvieras un mensaje que dejar a la humanidad; ¿cuál sería?

F.L.M.: El ayer se fue. Hoy es efímero. El mañana nos pertenece, pero hay que cuidarlo.

C.M.: ¿Cuál es el libro que estás leyendo ahora?

F.L.M.: La muerte de Amador Guerrero, de Juan Muñoz Veillon.

C.M.: Despues de tu trayectoria ¿ que diferencias existen entre tus primeras obras y la ultima ?

F.L.M.: Un mundo. No me avergüenzo, pero sin duda que he evolucionado. Y creo que así debe ser.

C.M.: Háblamos de tu libro “Hasta pronto, Cataluña”, ¿por qué ese título?

F.L.M.: Abandonar la patria es doloroso y me imagino que siempre se hace con la esperanza del retorno y un retorno exitoso. Por eso las despedidas no son para siempre, son hasta pronto…

C.M.: Todos los inmigrantes de cualquier país (España, Irlanda, y de otros países en los decenios pasados), han tenido un alto tributo de sufrimientos humanos, pero también de esperanza. ¿Crees que la inmigración es buena para el mundo?

F.L.M.: Depende. Abandonarlo todo por la esperanza de un mundo mejor es válido, pero hay que tener en cuenta que adonde vas, hay personas que viven de su trabajo y que con su esfuerzo han construído esa sociedad que, seguramente, proporciona más bienestar que la que estás dejando. Y los dueños de casa tienen otros hábitos, otras costumbres, otras religiones. En fin, debes ir dispuesto a asumir como propios los deberes y las costumbres de los dueños de casa. Si no es así, es invasión.

C.M.: ¿Quién es la familia Terradas Virgili?

F.L.M.: Isidro Terradas Grau era mi bisabuelo. Migró del pueblo de Terrades a Barcelona para pintar ángeles y santos en las iglesias, que era su oficio.

La familia de Jacoba Virgili Solá, mi bisabuela, emigró de Tarragona a Barcelona en busca de ese mundo mejor que persiguen los que abandonan su tierra natal.

Pero Barcelona no les dio lo que esperaban y se vieron forzados a abandonarlo todo, con cuatro hijos a cuestas, para partir a « hacerse la América » como llamaron los emigrantes a su búsqueda.

C.M.: ¿Quiénes son Ramón Vilarrubias y Ramón Vilargas Vilargili?

F.L.M.: El tío Ramón, para mi padre, fue un aventurero que terminó reclutado para combatir en la guerra de Cuba, herido se perdió de sus compañeros y luego de deambular por medio Sudamérica, llegó a Chile donde se encontró con su primo y amigo Isidro.

Ramón Vilargas Vilargili no sé quién es. Quizás un error tipográfico.

C.M.: ¿Cómo empieza el libro “Hasta pronto, Cataluña”?

F.L.M.: Comienza cuando los primos Ramón y Quimet Vilarrubias siendo casi niños, buscan la manera de abandonar Barcelona, ciudad que no tiene nada que ofrecerles en ese momento.

C.M.: ¿Qué te ha motivado a escribir sobre esa historia?

F.L.M.: Básicamente, mantener vivo el recuerdo de mis antepasados y destacar a la colonia catalana residente en Chile, un poco opacada por cuanto no es muy numerosa.

C.M.: ¿Cuáles son los temas centrales de su novela “Hasta pronto, Cataluña”?

F.L.M.: Hay varios, pero diría que el principal son las causas de la emigración catalana a fines del siglo XIX y comienzos del XX y todo lo que eso implicó en su momento.

C.M.: En este libro “Hasta pronto, Cataluña”, hay solo personajes reales?

F.L.M.: Los personajes principales son reales. Entre los secundarios hay reales y ficticios.

C.M.: En pocas palabras, ¿puedes contarnos el resumen de esta novela “Hasta pronto, Cataluña”, sin desvelar el contenido por supuesto.

F.L.M.: Son dos historias paralelas. Los Terradas Virgili, empujados por la falta de oportunidades, deben abandonar su terruño y el marido debe dejar a su familia, con la esperanza del reencuentro, en busca de ese futuro tan esquivo.

Ramón Vilarrubias es reclutado para combatir en la guerra de Cuba. Por distintos caminos y con suertes dispares, ambos llegan a Chile.

La novela nos habla de la vida previa a la partida, del proceso de desarraigo, del amor entre Isidro y Jacoba, de los viajes de ambos primos, cada uno al destino que van dispuestos a enfrentar, de las alegrías y tristezas del viaje, de las batallas en Cuba y del proceso de adecuación a la nueva realidad.

C.M.: ¿Cuál es para usted la historia más bonita del mundo?

F.L.M.: La Creación, en el Génesis.

C.M.: ¡Muy bien! Fernando tendría mil preguntas más pero no vamos a desvelar toda la historia de esta maravillosa novela “Hasta pronto, Cataluña”,

C.M.: ¿Si Dios existe, que te gustaria que te dijera despues de tu miuerte ?

F.L.M.: ¡Bienvenido!

C.M.: ¿Algún otro proyecto en preparación?

F.L.M.: Estoy trabajando en una tetralogía con contexto histórico. Son novelas ambientadas en el Chile recién independiente de la corona española. Se inicia en 1819 con el segundo viaje de Lord Thomas Cochrane al Perú y termina luego de la guerra de Chile contra la Confederación Peru-Boliviana, hacia 1840. El protagonista, ficticio, se llama Félix Núñez. La tetralogía es una saga de cuatro libros, divididos por diversos acontecimientos históricos. El primero ya está en circulación. La serie se llama «De Campesino a marinero.  Las Aventuras de Félix Núñez», y el primer libro se titula «Un surco en el mar».

Lord Cochrane fue un almirante inglés contratado por el gobierno de Chile para combatir a las fuerzas realistas y españolas que defendían Perú y desde donde pretendían reconquistar América.

C.M.: ¿Cuál es la pregunta que te gustaría que te hubiera hecho?

F.L.M.: Encuentro muy completo el cuestionario. No extraño nada, por el momento.

C.M.: ¿Te gustaría terminar esta entrevista con algo especial?

F.L.M.: Me gustaría terminarla invitando a tus seguidores y lectores a leerme.

Por ubicación geográfica mis libros son más bien americanistas. Creo que « Hasta pronto Cataluña » es el más universal. Ojalá que a los lectores de Europa les gusten otros temas de otras realidades. Mi novela « La ruta del Exilio », habla del periplo de un guardaespaldas de Salvador Allende que logra escapar del Palacio de La Moneda (residencia presidencial chilena) el 11 de septiembre de 1973, fecha que marca un antes y un después en la historia de mi país. Encuentra asilo en Suecia donde intenta reorganizar su vida junto a su familia.

Y en Amazon hay varios libros míos.

También pueden leer dos aportes en los números 25 y 27 de la revista española « Descubrir la Historia », ambos en los informes especiales de esa publicación.

Por último los invito a visitar mi Blog para que lean mis crónicas y cuentos. Es de libre acceso.

C.M.: Dejamos que los lectores descubran este magnífico libro “Hasta pronto, Cataluña”, muchas gracias por esta entrevista.

C.M.:  ¡Te deseo mucho éxito porque tu novela es apasionante!

F.L.M.: Y muchas gracias por esta oportunidad para difundir mi obra.

22/09/2021

C.M.:  Aranza

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ENTREVISTA EN EL DIARIO EL CENTRO DE TALCA

Miércoles 15 de agosto de 2018, entrevista sobre la publicación de mi libro Crónicas de cielo, mar y tierra (Legatum Editores).

ENTREVISTA EN EL DIARIO EL CENTRO DE TALCA

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ENTREVISTA EN EL DIARIO LA PRENSA DE CURICÓ

Domingo 12 de agosto de 2018, entrevista sobre la publicación de mi libro Crónicas de cielo, mar y tierra (Legatum Editores).

LA PRENSA


EXPONIENDO EN EL PABELLÓN DE ESCRITORES CHILENOS EN LA FERIA DEL LIBRO DE BUENOS AIRES 2018


ENTREVISTA EN DIARIO LA PRENSA, DE CURICÓ (30  diciembre 2013)

Entrevista en La Prensa Curicó“Código Morse: Una pasión juvenil transformada en tragedia”

Talca. “El tedio y el calor de la tarde dominical le impedían concentrarse en el cuaderno de álgebras. Para el día siguiente estaba programada la última prueba, de la que dependía su promoción casi milagrosa y sus ecuaciones le resultaban incomprensibles, demasiado complejas para quien no había estudiado durante todo el año…”.
Así comienza Código Morse: Una pasión juvenil transformada en tragedia, la primera apuesta literaria en solitario del escritor Fernando Lizama-Murphy, quien además de escribir el texto también asumió el desafío editar el libro, para lo cual creó junto a su socio, Javier Orrego, “Ediciones Tiempo Cero”.
“La idea es que sea un espacio para que puedan editarse aquellos escritores que, como yo, buscan una primera oportunidad y que obviamente nadie se interesa por editar”, indica Lizama-Murphy, al referirse a esta empresa literaria que lo tiene más que entusiasmado.
Del mismo modo el escritor reconoce que si bien nació en Santiago, se considera un talquino más, ya que por motivos laborales está radicado en Talca desde el año 1979, cuando llegó a la zona para desempeñarse como publicista y vendedor viajero.
“En esa época la verdad es que no tenía mucho tiempo para dedicarme a la escritura, aunque siempre fui aficionado a los libros. Recién ahora, que ya estoy retirado laboralmente, comencé a cultivar mis afanes literarios”, enfatiza.
Así fue como llegó a integrarse al taller literario “Calle Corta”, dirigido en Talca por el periodista y escritor Alfonso Morales Celis, donde tuvo su primera experiencia editorial publicando algunos de sus trabajos en un libro de cuentos realizado por el propio taller.
Respecto de “Código Morse…”, Fernando Lizama-Murphy, explica que se trata de una novela de corte juvenil, que escribió durante el año 2012 y que recién ahora tuvo la oportunidad de autoeditar, esperando que su lanzamiento oficial se concrete en marzo de 2014.
En la contraportada del libro, de 252 páginas, se devela algo del argumento de “Código Morse: Una pasión juvenil transformada en tragedia”:
“Cristina irrumpe en la adolescencia con un cuerpo privilegiado, cambiando los estudios y el deporte por las fiestas y el alcohol. El aplicado Felipe, compañero de curso y amigo de la infancia, intenta devolverla al camino correcto. Para eso se reúnen una tarde de domingo en la que ayudará a preparar su examen de álgebras. Pero el fuego de la adolescencia, la vestimenta provocativa y el calor del verano, se confabulan para despertar en el siempre prudente Felipe sus más bajos instintos y la tarde de estudio devendrá en una tragedia que modificará las vidas de ambos, de sus familias y de todo su entorno…”.


ENTREVISTA EN DIARIO EL CENTRO, DE TALCA (15  marzo 2015)

Entrevista El Centro“La trama está ligada a lo que son los tiempos, los jóvenes sin mucho pudor”

TALCA.- Fernando Lizama es de profesión publicista, pero su vida profesional derivó a las ventas. Hace 15 años que se dedica a la literatura, escribió primero como hobby y luego, tras jubilar, decidió entregarle mucho más tiempo, lo tomó con más seriedad. De hecho, hace más de una década, es parte junto a su esposa de un taller literario denominado “Calle corta”, en donde ha dado rienda suelta a su imaginación, creando cuentos y dos novelas, una de las cuales ha visto la luz de la mano de su propio esfuerzo.
“La escritura es vista aquí más como un hobby que como una profesión (…) yo estoy jubilado y uno tiene que darle un giro a la vida”, dijo.
En el 2012 escribió “Código morse”, libro auto gestionado que da un paseo por la realidad de la juventud actual, más mirada desde el inicio del siglo XXI, cuando la sociedad vivió una apertura que influyó en la relación que los padres tienen con sus hijos.
La trama se centra Cristina, una adolescente que cambia los estudios por las fiestas y el alcohol, muy por el contrario de su amigo de infancia y compañero de curso Felipe, quien intenta devolverla al camino correcto. Una tarde es trascendental en el cambio drástico que sufren sus vidas, transformando aquel momento en una tragedia que modificará las existencias de ambos, sus familias y de todo su entorno. En medio del drama, Cristina descubrirá en el viejo código morse que Felipe le enseñara, la fórmula para devolver, en parte, la normalidad.
“La trama está ligada a lo que son los tiempos, los jóvenes sin mucho pudor, sin mucho cuidado de sí mismos. Esta relación entre los lolos y las lolas que antes era mucho más cauta, ahora los cabros son más desinhibidos para relacionarse y está la contradicción de la familia, que quiere evitar que los hijos se ‘desboquen’, por decirlo de alguna manera”, comenta Fernando.

TIEMPO CERO
“Es la primera novela que publico (…) esto es una autoedición que se editó a fines del 2013. Inicialmente este libro se subió a Amazon junto a otro de cuentos, que están en digital o en papel (…) en la feria del libro del 2013 en Santiago tomé contacto con una imprenta que lo hizo”, explica.
Para subir el libro a Amazon debió crear, junto a un amigo escritor proveniente de Pelarco, la editorial Tiempo Cero, pues en esta plataforma se exige el patrocinio de una, “pero aquí también nos sirvió para efectos de la edición en papel”.
Su tesón a la hora de promover su obra permitió que “Código morse” esté a la venta en varias librerías, como Byblos y en Que Leo de Talca, Providencia y Apumanque, en Santiago. También está en todos los locales de la Feria Chilena del Libro y en Curicó se encuentra en la librería Mataquito. Aunque reconoce que la venta no ha sido lo que espera, esto es un hecho importante, un gran logro para un escritor novato, pues no tiene promoción. En total fueron 200 ejemplares los que imprimió.

AUTOEDITARSE
Las críticas de familiares y amigos es lo único que ha recibido, está ansioso de que estas sean externas. Sin embargo y con cierta desilusión, comenta que tocó muchas puertas antes y después de editar la novela, sin ser escuchado y agrega que, “para el escritor que se está iniciando no hay ninguna oportunidad”.
No sabe si es más fácil autoeditarse, pero para un escritor que se inicia y quiere ver su obra materializada en un libro físico, es mucho más simple este camino que, aunque tortuoso, vale la pena, así lo siente.

Claudia Bravo

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ENTREVISTA EN SEMANARIO CAMBIO 21 (7 al 14 octubre 2015)

Entrevista en Cambio21Amores adolescentes / DRAMAS DE BARRIO ALTO

Fue un hallazgo. En los atiborrados mesones de una de las principales librerías santiaguinas, de pronto, desde la portada de una novela, la mirada de soslayo de una enigmática muchacha sorprende al eventual lector. “Código Morse”, transmite, y explica: “Una pasión juvenil transformada en tragedia”.

Por FRANCISCO CASTILLO

Código Morse. ¿Qué tiene que ver el lenguaje de puntos y rayas creado para la telegrafía con los amores quinceañeros contemporáneos? Lo explica el autor ―Fernando Lizama-Murphy (66), talquino por adopción― en la contraportada: el alfabeto inventado en 1830 por Samuel Morse, creador del telégrafo eléctrico, es un elemento clave para el desenlace de un drama juvenil de barrio alto santiaguino, de esos que las familias acomodadas prefieren ocultar por el todavía vigente “qué dirán”.

¿Quién es Lizama-Murphy, escritor? Él mismo lo relata a Cambio21: “Un chileno nacido en marzo de 1949, en el barrio Matta de Santiago”, dice. Estudió con los escolapios del Hispano Americano y concluyó sus humanidades en el Liceo 11. En el Pedagógico de la Universidad de Chile deambuló por tres años, los de la Reforma Universitaria, con la esperanza de titularse como Licenciado en Filosofía. Al final, deserta y termina con un título de Publicista en el Incacea.

Su primer trabajo fue como vendedor y en eso siguió. Se traslada, junto a su señora y sus cuatro hijos a Curicó en 1979 y luego ancla en Talca, en 1986, hasta hoy.

Su señora, enfermera, ingresa a trabajar en la Universidad de Talca, y allí el matrimonio cursa un diplomado en Humanidades. Esto les permite vincularse con la intelectualidad talquina que los acogió con afecto.

¿Y la literatura? Lizama-Murphy se confiesa fanático lector y admirador de Alejo Carpentier (novelista cubano, padre del realismo mágico, 1904-1980). Fue en Talca donde se desarrolla su pasión por la literatura. En un taller de narrativa de la universidad local participa en un trabajo colectivo que publica su primer cuento.

Con los compañeros crean un taller, Callecorta, y siguen publicando cuentos. Participa en varios concursos de cuento y novela, sin figurar entre los seleccionados y menos entre los ganadores. Está convencido de que “no es gusto de jurados”.

Código Morse, la primera novela publicada, nace a partir de un cuento. “Se suponía que iba a ser una historia breve, pero me fui enamorando de los personajes principales y me imaginé las repercusiones que su pasión juvenil podía acarrear a los de su entorno. De ahí surgió el resto de la trama”, relata.

El relato comienza con los protagonistas estudiando para un examen de álgebra un domingo en casa de barrio alto, con los padres ausentes. El drama se desata porque la chica de físico exuberante viste de forma provocativa y el muchacho ―con las hormonas a mil― deja el estudio e intenta lo fácil de imaginar, la colegiala se niega. La tragedia irrumpe. De ahí en adelante, el libro no suelta más al lector.

Gratis en Internet

Como novela publicada en papel, Código Morse es la primera y única de Lizama-Murphy hasta ahora. En Amazon está su otra novela, La Ruta de la Venganza; además 24 Cuentos –Las Historias se Cuentan por Docena–, donde hay personajes a los que les obsesionan los enanos y un mapuche baterista de una banda de rock, hasta relatos de guerra, amor, desamor, erotismo y pasión. También tiene una recopilación de historias titulada Crónicas Náuticas.

“Como una manera de darme a conocer, he escrito medio centenar de estas crónicas, basadas en personajes y hechos desconocidos que de alguna manera han contribuido a darle sentido a lo que hoy es América Latina. También tengo casi lista otra novela, titulada La Ruta del Exilio”, relata el escritor.

La mayoría de sus cuentos y todas las crónicas se pueden leer, gratis, en su blog, fernandolizamamurphy.com.

¿Qué lo llevo a escribir tal variedad de historias y en escenarios tan diferentes?

―Cuando escribo lo hago pensando en entretenerme y entretener. Busco una narrativa ágil, aunque quizás no muy pulcra en el uso de nuestro rico idioma. Me gusta que las personas se enamoren u odien a mis personajes, que se sientan tocados por la realidad que les muestro.

“En cuanto a los lectores, quisiera ser lo más cosmopolita posible. Que me juzguen jóvenes y viejos, hombres y mujeres, chilenos y extranjeros. Intento darle un cierto carácter universal a lo que escribo”.

¿Cómo enfrenta un escritor independiente el costo de impresión y difusión de su obra?

―La literatura es el vicio más adictivo que he enfrentado. Mis proyectos inmediatos son publicar en papel de lo que ya está en Amazon e incorporar lo antes posible la otra novela. El tema pasa por los costos. Autoeditarse es oneroso y arriesgado. Los libros pueden descansar por mucho tiempo debajo de la cama.

“A mí me ha ayudado mi experiencia como vendedor para poder llegar a varios puntos de ventas, pero me limita vivir en provincia. Usando una frase cliché, Santiago es Chile y desde ahí se mueven todos los hilos. Para uno, ya convertido en un huaso talquino, hasta moverse en algo distinto al Metro le resulta difícil en la capital”.

Código Morse está dedicado a Marcela. ¿Quién es Marcela?

“Marcela Hernández es mi señora desde hace 44 años. Es la madre de mis cuatro hijos y con sus ahorros se financió la edición de la novela. Además ha sido incondicional en su apoyo. Creo que sobran motivos para dedicársela.

“La edición fue de 200 ejemplares; se financió con los ahorros de mi mujer. Para poder vender y emitir factura, guía de despacho y toda la burocracia asociada, creamos con un amigo escritor la editorial Tiempo Cero. Esto después de golpear puertas de editoriales que prometen leer y analizar lo que uno lleva y que después de mucho tiempo responden con un ‘lo lamentamos, pero su libro no está dentro de nuestra línea editorial’.

Su familia y amigos han sido los principales promotores de su trabajo… y “clientes forzados”, y agradece el apoyo de Manuel Vilches, de la Feria Chilena del Libro, quien lo ha orientado en este veleidoso mundo editorial.

Su trabajo lo han difundido medios escritos de la región del Maule, como el diario El Centro, de Talca y La Prensa, de Curicó. “Cambio 21 es mi primera oportunidad para llegar a todo Chile”, dice.

Cierra contando que Talca da demás para ser escenario de una novela. “No conozco ni París ni Londres, pero en todo caso, parte de La Ruta del Exilio (su otra novela) transcurre en Suecia y en Francia.

Ahora, Internet te permite visitar ciudades y casi entrar en las casas. Pienso que al final, en la aventura de escribir, lo más sencillo es sentarse frente al computador y dejar correr la imaginación. El parto es publicar, y llegar al lector”.

PUBLICACIÓN EN REVISTA NOS (diciembre de 2015)

En la versión online de diciembre de 2015 de la Revista NOS se ha publicado un comentario sobre la crónica El último emperador inca del Collasuyu, publicada en este blog en octubre (VER).

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