LOS OTROS “HIJOS” DE NERUDA

Crónica de Fernando Lizama-Murphy

La travesía del Winnipeg

Como en casi todos los episodios de su vida, el poeta (Neruda) convertirá la historia del Winnipeg en un mito. Un poema de heroísmo y libertad.  «Que la crítica borre toda mi poesía, si le parece. Pero este poema, que hoy recuerdo, no podrá borrarlo nadie».

(Andrés Gómez Bravo, diario La Tercera,  1° de septiembre de 2009)

Pasajeros del Winnipeg descendiendo en Valparaíso
Pasajeros del Winnipeg descendiendo en Valparaíso el 2 de septiembre de 1939.

Quizás uno de los hechos más destacados de la vida del poeta Pablo Neruda fue organizar el viaje, para su asilo en Chile, de más de dos mil refugiados españoles que permanecían hacinados en campos de concentración franceses o en el norte de África a la espera de un milagro que lograra sacarlos de la muy precaria situación en la que se encontraban. Se calcula que sólo en el último año de la Guerra Civil entre 400.000 y 500.000 hispanos se sintieron obligados a buscar protección en países vecinos ante la inminencia de la victoria de Franco. Se estima también que alrededor de 120.000 de ellos fueron a parar a los campos de refugiados que los franceses les habilitaron, miserablemente provistos, en los que la vida fue en extremo difícil.

Algunos investigadores afirman que esta fuga masiva, descontrolada, histérica, se debió a una sicosis colectiva provocada por los mismos republicanos derrotados con el fin de estigmatizar a los vencedores, más que a un afán vengativo de éstos. Sea como fuere, la fuga existió y condenó a mucha gente inocente a un calvario. Las familias se disgregaron, la pobreza se apoderó de lo cotidiano y debieron someterse a innumerables humillaciones con el único propósito de sobrevivir.

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LA OPORTUNIDAD PARA AMERICA LATINA

SALZBURGO (AUSTRIA) 5/09/2015. Policías forman un cordón frente a los cientos de refugiados que esperan la llegada de más trenes con dirección a Alemania en la estación de Salzburgo. EFE/Barbara Gindl
SALZBURGO (AUSTRIA) 5/09/2015. Policías forman un cordón frente a los cientos de refugiados que esperan la llegada de más trenes con dirección a Alemania en la estación de Salzburgo. EFE/Barbara Gindl

Por Fernando Lizama-Murphy

El mundo occidental que hemos conocido y en el que durante los últimos siglos muchas generaciones hemos vivido de mejor o peor forma, se desvanece. Europa se desmorona frente a la arremetida incontenible de aquellos que escapan del hambre, de la guerra y del fanatismo religioso.

Que huyan no los pone a salvo de nada y muchos piensan que sólo dilatan la agonía, pero ellos, en su andar urgente y urgido, van dejando una huella profunda en la sociedad occidental actual. Desde luego han logrado que el miedo se vaya instalando en la conciencia de los intelectuales occidentales, que paulatinamente lo van transmitiendo a la gran masa, que por el momento permanece adormecida por los reality de la TV o por la hipnótica atracción de los juegos de computador o de los teléfonos inteligentes. Como siempre ocurre frente a la inminencia de una tragedia, muchos prefieren no ver lo que se les avecina, creyendo que con esta actitud “corretean” la desgracia. Otros minimizan las posibilidades e incluso sugieren parlamentar con los invasores, convencidos de la validez de la palabra empeñada. También están los que, en aras de los derechos humanos, están dispuestos a ceder parte de su espacio vital, aunque sin medir las consecuencias de su decisión. Pero cuando el mal momento llega, lo hace para todos y casi siempre, antes de lo esperado. Seguir leyendo «LA OPORTUNIDAD PARA AMERICA LATINA»