Por Javier Cerca, EL PAÍS
Hace ya varias décadas, Witold Gombrowicz proclamó el advenimiento de la civilización del culo. El anuncio causó sensación, y las reacciones de pensadores e intelectuales no se hicieron esperar. Entre nosotros, Josep Pla, con su irredento conservadurismo de pequeño propietario rural, afirmaba hacia 1970 que nunca la parte posterior del ser humano había sido puesta en evidencia como en esta época, ni por medios más sabiamente concertados, y que esa ostentación sólo podía ser un signo de decadencia, porque cuanto más cerca está una civilización del culo, más lejos está de la cabeza. La idea tiene la ventaja de ser elegante, pero el inconveniente de ser falsa: sería como afirmar que, cuanto más sexo, menos amor, y cuanto más amor, menos sexo; esto podía permitirse pensarlo -digamos- un moralista francés del XVIII, pero a nosotros, incluidos a los moralistas de nuestro tiempo, la experiencia nos veda ese dudoso privilegio. ¿Significa todo esto que, cuanto más cerca está una civilización del culo, más cerca está también de la cabeza? No necesariamente, pero yo no me atrevería a descartarlo sin más. Y si es así, ¿tenemos el culo más cerca que nunca de la cabeza?, ¿vivimos de verdad en la civilización del culo? Seguir leyendo «Teoría del culo»