GUNTHER PLÜSCHOW, ESE MAGNÍFICO HOMBRE EN SU MÁQUINA VOLADORA

Helo aquí, en pleno aire, dirigiendo el objetivo de la cámara cinematográfica hacia la Tierra del Fuego, los helados mares, los cerros nevados, los incomparables lagos, la visión imponente de los montes Sarmiento y Cella, los ventisqueros, los fiordos, el Cabo de Hornos, de sobrecogedora belleza, y esos lugares sin descripción en que la selva avanza irrefrenable hasta lamer la falda de las montañas cubiertas de nieve.

Luis Enrique Délano – Periodista chileno (1907-1985)

En 1965 el cine inglés nos regaló la película cuyo afiche encabeza esta crónica, una simpática sátira sobre los primeros años de la aviación. Si bien es cierto, en tono de comedia el film exagera muchos aspectos de esa época, también es verdad que, en alguna medida, refleja la fiebre que despertó en los hombres este nuevo invento: el aeroplano.

Los primeros aviones eran frágiles estructuras de madera y tela que portaban un motor y que permitían trasladarse pequeñas distancias, a no mucha altura, aterrizando en terrenos que no siempre eran los más adecuados y que, con relativa frecuencia, representaron la muerte del piloto.

Junto con el avión y al igual como ocurrió con el automóvil, surgió en el hombre el deseo de batir record de distancia, de altura, de velocidad, en fin, de todo aquello que pudiese ser medido. O solo o contra rivales.

También surgieron otros usos, además del bélico, aprovechando la ventaja que representaba ver el mundo desde arriba. Así nació la fotografía aérea.

La Primera Guerra Mundial significó un tremendo empuje para la actividad y ahí aparecieron innovaciones que hicieron los vuelos más seguros, aumentaron las autonomías, pronto surgieron la aviación postal y comercial. Pero quedaban rincones del mundo sin explorar, de difícil acceso por tierra y hacia esos sectores se aventuraron algunos intrépidos.

Uno de ellos fue el alemán Gunther Plüschow, que se convirtió en el primer hombre en sobrevolar, fotografiar y filmar la Patagonia, tanto chilena como argentina.

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INTENTO POR RECUPERAR LA ALFORJA

Quinto capítulo de la novela Un surco en el mar, Libro I de la serie De Campesino a Marinero. Las Aventuras de Félix Núñez, de Fernando Lizama Murphy (disponible en Amazon)

Al puerto arribaban naves de banderas extrañas que nunca antes vi y que al preguntar me decían que eran de Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Holanda y otras procedencias que no recuerdo, todas tierras que yo creía parte de un mundo de fantasía. Hasta cuando tenía unos diez años creía que la tierra era plana y que empezaba y terminaba alrededor de Vichuquén. El padre Nicodemo fue el que me habló del mundo redondo que existía más allá de los cerros y del mar que rodeaban mi pueblo natal. También me habló de Dios, que había creado todo lo que nuestros ojos podían ver, me conversó de su España natal, del paso por el Río de la Plata y de que el mundo estaba dividido en muchas naciones y que los países poderosos se habían adueñado de los más débiles y que éstos querían ser libres y que por eso luchaban los criollos contra los realistas.

En una de mis salidas con el patrón a entregar unas maderas, vi en la calle a la matrona que la noche de mi llegada al puerto me arrastró al interior de la cantina. Me dio vergüenza contarle a don Simón lo que me había ocurrido, pero quería recuperar mi alforja y, como ya me ubicaba bien en Valparaíso, decidí que regresaría en algún momento para reclamar lo mío. 

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ALLEN GARDINER, EL VENDEDOR DE BIBLIAS

Si me fuera concedido un deseo para el bien de la humanidad,

sería que la misión de Tierra del Fuego fuera proseguida con vigor…

Pero el Señor dirigirá y lo hará todo,

porque el tiempo y las razones son suyos

y los corazones están en sus manos…

Testamento de Allen Francis Gardiner

Alan Gardiner1834 fue un año trágico para Allen Gardiner. Murió su mujer, Susan Reade, y uno de sus cinco hijos. Esto tuvo dos consecuencias para el futuro de este marino: lo obligó a renunciar a su puesto de Comandante en la Real Armada Británica para dedicarse al cuidado de los hijos sobrevivientes, y lo envolvió una profunda onda mística que lo llevó a dar un giro radical en su vida.

Ahí nació el misionero que recorrió casi todo el mundo difundiendo su doctrina para, finalmente, morir por ella.

Nació en Basildon, Inglaterra en 1794, en el seno de una familia de anglicanos observantes. Inculcada por sus padres, desde pequeño llevó la simiente religiosa, pero a los catorce años ingresó a la Academia Naval y comenzó a recorrer el mundo. Embarcado en el Dauntless visitó China y Nueva Guinea, asombrándose de las religiones aborígenes que, según él, por su idolatría condenaban a quienes las practicaban. De regreso en Inglaterra solicitó al Obispo anglicano de Gloucester el respaldo para predicar la verdadera palabra durante sus viajes. Seguir leyendo «ALLEN GARDINER, EL VENDEDOR DE BIBLIAS»

ERIC DE BISSCHOP – EL NAVEGANTE AUDAZ

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Crónica de Fernando Lizama-Murphy

La primera noticia que tuve sobre Eric de Bisschop surgió de una conversación con mi amigo Felipe Blanco, sobrino de don Horacio Blanco Baeza, uno de los más entusiastas colaboradores que tuvo el marino francés en Constitución para poder concretar la aventura que le costó la vida.

Porque Eric de Bisshop ─que cruzó el mundo varias veces navegando en embarcaciones frágiles y que terminó sus días al encallar la Tahiti Nui II (o la III, no lo sabemos muy bien) en los arrecifes de Rakahanga, al norte de las islas Cook─ nunca aprendió a nadar. Seguir leyendo «ERIC DE BISSCHOP – EL NAVEGANTE AUDAZ»